Miré en todas direcciones buscando algo a lo que agarrarme y, al no encontrarlo, me dejé llevar.
La corriente, no siendo muy fuerte, era lo suficiente como para no dejarme parar.
Y ahora...ahora recuerdo el punto de partida...y ¡Qué lejos está aquél tiempo en el que nada parecía pasar!
No lo añoro, no lo echo de menos pero, en ocasiones, lo vuelvo a necesitar.