miércoles, 2 de enero de 2013

Pensando que pensaba y dandole vueltas a todo un poco iba deshojando la posibilidad de dar un vuelco a este blog y cambiar , renovar y hacer imposible reconocer lo reconocible pero... ¿Para qué?

Pasamos gran parte de nuestra existencia hablando de cambios de rumbo, de nuevos proyectos y golpes de timón que den un giro a nuestra vida para , al final, tener que admitir que somos lo que somos y como somos y si hemos llegado al sitio en el que nos encontramos, sea bueno o malo, es precisamente por eso.

No creo que cambie nada y si lo hago será por pura casualidad, sin intención de hacerlo o porque , sin darme cuenta, me volví a equivocar, lo cual no es malo. Benditas mis equivocaciones, mis meteduras de pata y todos aquellos errores de los que aprendí o no, con los que avancé o no pero que forman parte de mi vida.

Bendita tú que te equivocas a diario y , por eso mismo, permaneces a mi lado.