miércoles, 17 de febrero de 2010

Una vida (III)

Miedo. Más que miedo, terror era lo que sentía. Estaba paralizado, los musculos tensos y duros parecían ir a romperse de un momento a otro. La sensación de fragilidad que esto le producía era nueva y desconcertante. Casi ni se atrevía a respirar para evitar cualquier sonido que le pudiera delatar. Incluso sus propios pensamientos le parecían ruidosos.
Así estuvo durante un tiempo indefinido. A él le parecieron horas o quizás segundos. Según el instante, todo pasaba muy deprisa o muy despacio. El tiempo no había existido, era solo una percepción subjetiva que iba saltando de forma descontrolada sin ningún orden ni preaviso. Sus sentidos trabajando a una velocidad de vértigo le quitaban sitio en su cerebro a todo lo que no fuera estar pendiente del peligro que le acechaba. No existía ni el frío ni el calor, no había incomodidad en las piedras que se le clavaban por el cuerpo, el agua que le recorría por todo el cuerpo no era capaz de mojarle porque no se sentía mojado, la herida de la pierna había dejado de existir porque no le dolía.
Todo había quedado tapado, guardado, eclipsado, sin importancia, dejando paso al único pensamiento que era capaz de tener, permanecer inmóvil.
Y así permaneció, así hasta que, por fin, la sensación de peligro desapareció y volvió a dejar salir a flote al resto de pensamientos, sensaciones y realidades y , de puro agotamiento , se durmió.

martes, 16 de febrero de 2010

Mi princesa ya no es mi princesa.
Se ha convertido en persona.
Y como persona vuelve a ser mi princesa.

Mi princesa ya no es mi princesa.
No tiene alas ni corona.
Sin ser una princesa vuelve a ser mi princesa.


Mi princesa ahora es mi princesa
Ahora se lo significa que lo sea.
Mi princesa siempre será mi princesa.

miércoles, 3 de febrero de 2010

El huevo duro

Metió el huevo en el cazo lleno de agua. Lo puso al fuego y esperó.
Cuando el agua empezaba a hervir, miró el reloj.
Doce minutos era el tiempo que tenía que esperar para que estuviera listo para ser comido.
No le gustaban los huevos duros pero era una forma fácil de prepararlo y no manchaba casi nada.
Mientras esperaba estuvo pensando en las diferentes formas de preparar los huevos. Fritos, en tortilla, revueltos con cualquier acompañamiento que los hiciera diferentes cada vez, con patatas.
Incluso esforzándose un poco servían para hacer postres, para acompañar a magníficos platos en los que el huevo era solo la guinda que le daba el último toque.
Huevo batido para dorar e incluso podía utilizar solo parte de él.
La clara montada, uhmmmm, merengue.
Y miraba a su huevo duro a medio hacer y le estaban entrando unas ganas tremendas de aplastarlo contra la pared.
Ya no haría más huevos duros.
¿Por qué conformarse con un huevo duro cuando puedes disfrutar de todas las formas y maneras que te ofrece sin por ello dejar de comer huevo?
La observaba mientras hablaba.
Era un torbellino de gestos, de miradas , de movimientos de sus manos, de sus brazos.
Su cabeza acompañaba cada gesto con un leve movimiento dando más énfasis a cada palabra, a cada pensamiento al brotar de su boca.
La observaba con detenimiento, con ternura y con una admiración como nunca antes había observado a nadie.
La escuchaba casi con devoción.
No había doblez en sus palabras, ni siquiera medias verdades. Todo era auténtico porque todo salía de muy dentro.
Mientrás lo hacía , no paraba de preguntarse como era posible que criatura tan bella estuviera con él.
Se sentía afortunado.
Era afortunado.
Ella no podía ser consciente de lo mucho que le daba con cada una de sus palabras, con cada una de sus miradas.
Miradas que a él le parecían las más bonitas y tiernas que jamás le hubieran dedicado.
Con que placer habría retenido el tiempo cada vez que ella le dedicaba una sonrisa.
A veces se paraba a pensar cuál sería la forma de conseguir que eso durase para siempre. Conseguir que esa ilusión, ese aire que le llenaba plenamente, que le limpiaba y a la vez le conservaba, no se extinguiera.
Pero esos pensamientos duraban poco. Sabía que la mejor forma de seguir teniendo todo eso y más era precisamente no pensandolo.
Lo que tenía que hacer era ser, estar, hablar, sentir y mostrar lo que había sin disfraces, sin máscaras, tal cual aparecía, sin retocar.
Ella misma , él mismo y el resto vendría solo porque cuando dos almas gemelas se encuentran solo las puede separar el dejar de serlo.

martes, 2 de febrero de 2010

Lleno de aire, agua y fuego.
Respirando a la vez que ahogándome.
Mirando al horizonte sin perder de vista mis pies.
Sintiendo, sufriendo, riendo y soñando.

Lleno de sabores, olores y colores.
Enloqueciendo consciente de mi locura.
Escuchando el viento a la vez que mis pasos.
Saboreando, disfrutando y revolcándome.

Si esto es malo, me gusta la maldad.
Si esto es bueno, adoro la bondad.
Si esto es vida,  no quiero morir.
Si esto es muerte, bienvenida sea.

lunes, 1 de febrero de 2010

Tal día como hoy, hace cuarenta y siete años, algo se revolvió en el sur de España. Una muñequita preciosa venía a este mundo.
Creció, rió , disfrutó, lloró, aprendió, se ilusionó, se decepcionó, pero nunca dejó de vivir cada segundo como si fuera el último.
Y ahora, esa muñequita se ha convertido en una princesa, en mi princesa.
Felicidades y que cumplas muchos más a mi lado.

A la princesa de mis sueños encantados.