Tal día como hoy, hace cuarenta y siete años, algo se revolvió en el sur de España. Una muñequita preciosa venía a este mundo.
Creció, rió , disfrutó, lloró, aprendió, se ilusionó, se decepcionó, pero nunca dejó de vivir cada segundo como si fuera el último.
Y ahora, esa muñequita se ha convertido en una princesa, en mi princesa.
Felicidades y que cumplas muchos más a mi lado.
A la princesa de mis sueños encantados.
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