sábado, 30 de enero de 2010

Me levanto con el sol ya aburrido de avisarme que hace mucho tiempo que salió.
Le miro y le pido disculpas por no haberle acompañado en su despertar pero tenía un buen motivo para haberlo hecho así.
Estaba soñando con mi princesa y no quería que el sueño se acabase.

miércoles, 27 de enero de 2010

En un baúl guardado durante años.
Todo bien apretadito y colocado, la cerradura echada con un par de vueltas, libros encima para evitar la tentación de abrirlo y arrinconado en algún lugar donde se viera poco.
Así estaba y así seguiría.
No lo pensaba abrir, casi ni se acordaba de él.
Hasta que un día apareció ella, tan curiosa, tan inquieta que no pudo resistir la tentación de preguntarse que contendría y empezó a quitarle todo el peso de encima.
Lo movió de sitio para colocarlo en el lugar más visible de toda la casa y lo abrió,
y ... empezaron a salir recuerdos, lugares, olores, sensaciones y sentimientos arrumbados durante toda una vida y descubrió cosas que ya creía habían desaparecido para siempre.
Y el baúl ya no volvió a cerrarse, sacaba unas cosas y metía otras, pero siempre con la tapa abierta para que todo se airease y estuviera a la vista.
Ya no guardaría nada bajo llave, todo estaría a la vista, todo disponible, todo dispuesto a ser usado, disfrutado y compartido.

A la princesa de mis sueños encantados.

lunes, 25 de enero de 2010

Tranquilo, relajado, con todo por hacer pero sabiendo que poco a poco se irían completando las páginas del libro que acababa de empezar.
Un libro diferente a los otros.
No estaba escrito.
Lo iba escribiendo conforme lo iba viviendo y no lo escribía solo.
Era un libro compartido.
Por primera vez en su vida escribía con alguien y lo hacía con tal satisfacción que le costaba entender como no lo había hecho antes.
La experiencia de escribir de la mano de ella era algo nuevo, diferente, estimulante, gratificante.
El escribía, ella escribía, los dos juntos corregían y volvían a escribir y eran conscientes de estar escribiendo un libro sin final y eso era los más fascinante.
De cada página del libro se podían sacar temas para escribir varios libros más.
Cada pensamiento, cada reflexión, cada sensación o sentimiento daba para añadir más y más capítulos que a su vez no conseguían terminar porque antes siquiera de empezar ya habían surgido temas nuevos en los que profundizar.
A su alrededor nadie lo entendía.
No comprendían la satisfacción que ellos sentían al estar empeñados en cuerpo y alma a realizar una tarea que nunca acabarían y que cuanto más avanzaban en ella más sinuosa y complicada se hacía, pero para ellos no había nada mejor, nada comparable y ,si existía la plena felicidad, tenía que ser algo parecido a esto.

domingo, 17 de enero de 2010

En un mundo sin sentido,
que no comprendo y que , a veces,
ni siquiera tengo intención de entender,
doy vueltas y me recompongo,
vuelo , me estrello y vuelvo a volar.
Pero a veces el cansancio se hace demasiado visible,
a veces se me queda pequeño
y a veces mi absurdo supera al suyo.
Mi mente, mi corazón no saben estarse quietos.
Dan vueltas alrededor de una farola y antes de haber terminado la primera,
ya estoy empezando la segunda e incluso puedo llegar a empezar la tercera,
sin antes haber terminado la primera.
No se ser simple, no entiendo las cosas sencillas y sin embargo las anhelo.
Si ya conozco el resultado.
Si ya se lo que me espera.
Si soy consciente de lo que pienso y siento.
¿Por qué averiguar lo que ya se?.
Yo no tengo nada que averiguar pero, quizás, lo que yo ya se no todo el mundo lo sepa.

viernes, 15 de enero de 2010

Intentando hacer lo que me pide mi razón y mi corazón perdí un trocito de lo que más quería.
Si tuviera que volver a hacerlo, lo haría exactamente igual pero eso no quita ni un pellizco del dolor que me produce.
Quizás ya no sea lo que ella esperaba.
Quizás la decepción sea más fuerte que lo que hasta ahora había.
Quizás... pero soy como soy y no puedo ni debo intentar cambiarlo.
Me gusta ser como soy y solo busco a alguién a quién también le guste.

martes, 12 de enero de 2010

Me tomé mi café en mi terraza.
Suele ser un café solitario, con mis pensamientos, con mi mar de compañía, con la mirada perdida y a la vez atenta, pero hoy ha sido diferente.
He tenido compañía.
Una compañía agradable e inesperada que me ha hecho pensar.
Esto último no es difícil que me ocurra pero hoy ha sido diferente.
He visto de nuevo la ilusión y las ganas de avanzar en alguien a quién no conocía de nada y que me ha transmitido fuerza, una sonrisa y la paz que proporciona el volver a descubrir que en todo momento es posible encontrar a gente con ganas de luchar.

viernes, 8 de enero de 2010

Una vida (II)

Se adentró en el bosque.
Esta vez no tenía un objetivo definido, ni siquiera sabía si en aquel sitio encontraría algo que justificara su incursión.
A fuerza de costumbre, su andar era sigiloso, cualquier sonido fuera de lo común le ponía en guardia.
Observaba cualquier detalle que pudiera delatar la presencia del enemigo por los alrededores. Un sonido, un olor, un claro, un movimiento, cualquier cosa podía significar el fin de sus días si no estaba atento a ella.
Las horas pasaban y aún, no encontrando nada que le indicara otra presencia humana diferente a la suya, sabía por experiencia que eso no era posible.
Al llegar cerca de un arroyo escucho un ronroneo.
Se paró en seco pero con suavidad.
Buscó el objetivo. Lo encontró. Se parapetó.
Apuntó a la única silueta que había. Era solo uno intentando poner en marcha un vehículo atascado en el camino que bordeaba el arroyo.
Se disponía a apretar el gatillo cuando algo lo detuvo.
Había reconocido algo familiar en esa silueta.
A partir de ese momento nunca volvería a acercarse tanto. Dispararía desde más lejos para evitar que le volviera a pasar lo mismo.
Si permitía que sus siluetas se convirtieran en personas no podría hacer su trabajo y su trabajo estaba por encima de cualquier otra consideración.

jueves, 7 de enero de 2010

Volaba a la par que los pájaros,
cavaba túneles de la mano de los topos
y nadaba al unísono con los delfines.

Reverdecía como los árboles en primavera,
olía a almendro en flor
y crecía enroscándose con las enredaderas.

Majestuosa como una orquídea,
sencilla como una margarita,
preciosa como una rosa.

Complicada como las corrientes marinas,
arrasadora como los huracanes
y acogedora como un lago en calma.

Así es mi niña,
así la conocí
y así la quiero conmigo.

A mi princesa de mis sueños encantados.

miércoles, 6 de enero de 2010

No tenía forma de contactar con ella.
Los teléfonos indispuestos,
los ordenadores en huelga de hambre,
y los elementos mirando cada uno hacia un lado.
Necesitaba hablarle, contarle que la seguía queriendo,
que lo único bueno de su vida seguía siendo ella.
Así que se concentró,
prolongó su corazón hasta su mente,
su mente hasta su corazón,
y los dos juntos consiguieron tal fuerza
que viajaron por el espacio y por el tiempo
hasta encontrarla y decirle : Te quiero.

A mi princesa de mis sueños encantados.

domingo, 3 de enero de 2010

Recorriendo la linea recta, me equivoco.
Si tomo curvas y me deslizo por los arcenes, me equivoco.
Si retrocedo, cambio de marcha o paro en el camino, me equivoco.
Y , si siempre me equivoco, ¿Dónde está la diferencia?.
La diferencia está en el motivo por el que hago cada cosa.
No volver a decirme lo que debo hacer ni como hacerlo.
Mi camino es mio y de quién quiera acompañarme
pero para acompañarme hay que caminar conmigo.
Los espectadores de la carrera solo deberían ver, oir y callar.