lunes, 30 de noviembre de 2009

Ardiendo, saltando de piedra en piedra, gritando de dolor y angustia y deseando encontrar a alguien en quién descargar toda la rabia y la impotencia.
No lo encontraba lo cuál, paradójicamente, le daba una íntima, aunque casi imperceptible, satisfacción.
Necesitaba golpear , no quería golpear y con esa lucha interna se debatía día a día.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Subo y bajo a tal velocidad que no consigo en ningún momento quitarme el nudo que me aprieta las entrañas.
Es una carrera continúa, sin fin, llena de angustía y zozobra, sin momentos de pausa que me permitan recrearme en lo bueno que me voy encontrando y, la vez , sin conseguir olvidar lo malo que me asalta en cada esquina.
¡Quiero pararme!.
Quiero disfrutar de su sonrisa, de su compañía, de su fuerza y ansía de vivir pero... me es imposible.
Seguramente dentro de unos años cuando la recuerde me lamentaré de no haber sabido parar en mi camino , de no haberme bajado del tren en su estación para tomarme un café con ella y poder contemplar esa cara de angel ríendose y haciendome entender lo bonito de cada instante y de cada detalle.
Me arrepentiré y soñaré con lo que pudo ser y no fué.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Me miras con eso ojitos traviesos pero no me ves.
Ries con mis ocurrencias pero ni te das cuenta que son mias.
Saltas y brincas a mi alrededor pero no lo haces conmigo.
Pero no me importa, sigue mirandome , riendote y saltando que yo seguiré disfrutando de ello.
Encaramada a su ventana, mira, gruñe y ríe,
todo con calma, sin premura.
Algún sopapo reparte de vez en cuando para no entumecerse
pero como luego te sonríe
no te queda más remedio que comertelo todo a una
y esperar a que la próxima tu dolor le permita enternecerse.

Suave si, pero sin empalagar
y, quizás algún día, esa suavidad medio escondida
encuentre donde posarse y dormitar

martes, 24 de noviembre de 2009

Hoy te he vuelto a ver.
Estabas resplandeciente, parecías flotar, con suavidad, con armonía.
Como siempre, tu ni me has visto o si lo has hecho lo has disimulado muy bien.
No era yo el único que te miraba, lo hacíamos casi todos los que allí estabamos pero ninguno te veía, solo te miraban sin verte.
Todas las mañanas voy al mismo sitio, me siento en la misma silla, pido mi café y te observo.
Hay días que estás revoltosa, agitada, nerviosa, otros, en cambio, estás calmada y pareces dormir.
Yo se que no duermes, solo lo parece pero dentro de ti arde la pasión, la fuerza, el desenfreno que reprimes para no alterar a los que te rodean hasta que un día saltas y todo se agita contigo.
Algún día me atreveré, me dirigiré a ti, hablaremos y ... ya nadie nos podrá separar.

Al mar, mi mar.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Era el momento de ponerse en marcha.
Cuesta, cuesta muchísimo dar el primer paso pero, una vez dado, los demás salen solos.
Empezó lentamente a recorrer el camino, de vez en cuando se tomaba una pausa, miraba alrededor buscando algo que le reconfortara y siempre lo encontraba. Todo era cuestión de no ser muy exigente, de conformarse con cualquier detalle y buscar su lado bonito, su lado agradable.
El camino era muy largo, ni siquiera sabía si tendría final. Miraba al horizonte y todo lo que conseguía ver era mas camino, interminable, pero tuvo claro desde el primer momento que en vez de buscar el final lo que debía era ver y disfrutar con lo que se fuera encontrado en su larga marcha y , alguna que otra vez, mirar hacía atrás para comprobar que ya llevaba mucho recorrido.
Pero lo que realmente le permitía continuar era las personas con las que se iba encontrando. La mayoría iban en direcciones diferentes o simplemente no caminaban, solo estaban allí, pero el hablar con ellas , conocerlas y comprobar que todavía existía buena gente le daba renovadas fuerzas y hacía a sus pies ligeros y fuertes a la vez.
Siempre que dejaba a alguien atrás solo era capaz de decirle una cosa : "Gracias".

jueves, 19 de noviembre de 2009

¿Qué es el alma?.
Nadie se pone de acuerdo, no se sabe donde está, cómo es, ni si es eterna o perecedera.
Algunos la situan en nuestro cerebro , otros en el corazón y otros la distribuyen por todo el cuerpo.
Los hay que se la imaginan como una paloma blanca y los hay que la ven como un fluído que nos recorre.
Unos le atribuyen condición divina y otros humana.
Sinceramente , me importa un bledo como sea y dónde esté, lo que si os puedo decir es que existir, ¡existe! porque a mi me duele y si duele tiene que estar.

martes, 17 de noviembre de 2009

Grito, grito con todas mis fuerzas pero nadie parece oírme.
Grito a todas horas, en todo momento , sin descanso
pero no encuentro respuesta, ni pregunta, ni siquiera sorpresa.
¿Se habrán acostumbrado a oírme gritar?
Quizás es la forma de gritar,
quizás debería hacerlo más fuerte,
quizás...
Quizás debería gritar con la boca abierta.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Me dio de lleno.

Cómo no lo esperaba me encontró desprevenido y por eso dolió muchísimo más.
Tenía que haber respondido, haberme revuelto y devolverle el golpe pero , en vez de eso, me quedé paralizado, pensando en los motivos que me habían llevado a esa situación.

Me senté y empecé a lamerme la herida y conforme lo hacía, más se abría, más sangraba y más dolía.

A mi alrededor todo parecía festejar mi caída. Estaban deseando verlo, algunos llevaban años esperando el momento para poder disfrutar del derrumbe y yo no lo entendía. Me había limitado a cumplir con mi trabajo, me habían contratado para eso y yo lo había cumplido a la perfección. Es verdad que en alguna ocasión, algún detallito se me escapó pero fueron minucias.

Y ahora... ahora me iba derrumbando por momentos sin entender nada. Quería gritar y no podía, quería correr pero me era imposible y cuando ya estaba tirado en el suelo, completamente vencido, empecé a comprender.

Había servido a unos pocos en contra de muchos.

Había sido utilizado en nombre de una causa para después traicionarla.

Jueves, 9 de Noviembre de 1989.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Yo te dije y tu me decias.
Yo volvía a decirte y tu seguias.
Horas hablando y sin embargo eran conversaciones paralelas.
No había punto de unión, ni siquiera hablabamos del mismo tema.
Ni escuchabamos , ni compartiamos, ni ibamos en la misma dirección.

Yo decía ¡Hola! y te respondías ¡Adios! y cuando era yo el que se despedía , entonces tu saludabas.
Lo fácil se hacía díficil y lo díficil, imposible.

martes, 10 de noviembre de 2009

Acordándome de una amiga me vino a la mente una película que en su día me gustó mucho.
Trataba sobre una pareja víctima del maleficio de un hechicero.
El hechizo provocaba que él , al ponerse el sol se convertía en lobo y ella, al amanecer, justo cuando él recuperaba su forma humana, se convertía en halcón.
Durante el día ella volaba vigilante para avisarle de cualquier peligro y durante la noche era él el que merodeaba alrededor de ella para velar su sueño.
Nunca llegaban a coincidir los dos en su forma humana.
En la película hay una escena en la que se ve el momento del amanecer, justo cuando ella empieza a convertirse en halcón y él , recupera su forma humana.
Durante unos instantes parece que sus dedos van a tocarse y así conseguir esa unión anhelada.
No se por qué motivo esa escena siempre me traía a la mente uno de los frescos de la Capilla Sixtina. Ese en el que Dios alarga su mano y tocando con su dedo la mano de Adán le da la vida.
Es una extraña asociación de imagenes pero creo que ya empiezo a entenderla.
El contacto con Dios es tan improbable como la unión perfecta con la persona amada.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Todo se movía a su alrededor, las sillas, la mesa, la lámpara daba vueltas como una peonza, los papeles no sabían estarse quietos en su sitio y nada, absolutamente nada permanecía mas que unos segundos sin revolotear.
A veces, como si lo hicieran para recuperar el aliento, permanecían en calma durante unos instantes pero apenas se daba cuenta de ello, volvían a empezar su baile sin orden ni concierto.
Él , sin embargo, estaba inmóvil. No parecía darse cuenta del caos que lo rodeaba. Ni siquiera miraba los vuelos a un lado y otro de la habitación de objetos que , si le llegaban a golpear, le podrían hacer mucho daño.
Y así pasaba las horas, los días, las semanas, inmóvil, ajeno a todo.
Y quizás era lo mejor.
Si algún día llegase a reaccionar y se diera cuenta de lo que le rodeaba, es posible que no fuera capaz de asimilarlo.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Miró a derecha e izquierda.
Se aseguró que no hubiera nadie que le viera.
¡Qué vergüenza si le pillaban!.
Volvió a mirar.
Empezaba a ponerse nervioso.
Era una situación realmente embarazosa.
Si algún conocido lo veía. O un desconocido. ¡Qué más daba!.
El solo pensarlo le producía una sensación de agobio tremenda pero tenía que hacerlo, no podía aguantar más.
Y por fin se decidió.
Sacó el teléfono móvil e hizo una llamada.
Fue lo más corta posible para que nadie pudiera verlo.
Utilizar el teléfono para llamar, ¿A quién se le podría ocurrir hacer algo así?