lunes, 24 de septiembre de 2018

Una mañana de verano que no hacía excesivo calor decidí que ya era hora de salir de mi encierro.

Aún estando decidido a hacerlo me costó mucho dar el paso.

Iba a la puerta y ponía la mano en el pomo y como si me quemara me echaba atrás y volvía a pensarmelo. Quince años sin pisar la calle me habían acostumbrado a mis cuatro paredes, a mi refugio , a mi soledad tranquilizadora, a mi conmigo mismo pero, por fin,  lo hice.

Abrí la puerta, baje en el ascensor y al salir a la calle sentí una brisa que me dió vida y una imagen y unos sonidos que  me la quitaron al mismo tiempo.

Me dió vida el ver que había sido capaz de hacerlo, de volver al mundo pero me la quitó el ver que los motivos que me llevaron a apartarme de todo seguían estando ahí, sin variación alguna.

Todos y cada uno de esos motivos no solo seguían estando es que se habían multiplicado, se habían hechos más aborrecibles, más desagradables, más de todo y es que allí estaban.

Gente, mucha gente.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Nuevo día con nuevos miedos.

Un amanecer como otro cualquiera que no lleva a ninguna parte pero que te enreda en sus brumas y te hace perder el sentido del tiempo hasta que ya no sabes si es hoy, mañana o ayer y te paras, miras a los lados y, al no reconocer nada, sigues adelante esperando que solo sea un espejismo tras el cual volverás a verlo todo claro.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Dime donde se encuentran tus sueños más escondidos e inalcanzables y yo los encontraré para ti.

Los recogeré con cuidado, los arrullaré y sin adornos innecesarios los posaré en tu regazo para que los disfrutes.

Subiré, bajaré, correré o quieto permaneceré si es necesario hasta dar con ellos y descubriremos que casi no hay diferencia entre los tuyos y los mios.

El envoltorio quizás, la aparencia, algún que otro color o algún matiz en sus redondeces y en sus aristas pero la esencia que contienen no tendrá casi diferencias porque , al final, los sueños siempre llevan al mismo sitio :

Alcanzar o, al menos, rozar la felicidad.