lunes, 31 de octubre de 2011

Sentada en su sillón y agarrada a su bastón recordaba sus tiempos de actividad.

Tiempos en los que podía haber hecho, haber dicho, haber amado y sonreía al pensar que todo aquello bueno que a su alcance tuvo no lo había dejado escapar ya que exprimiendo hasta la última gota lo había vivido con intensidad.

Miraba por la ventanda viendo a la gente joven con natural alegría pasar y ni un gramo de envidia sentía por su exuberante vitalidad ya que lo que ellos vivirían ella en su recuerdo ya tenía y su único deseo era que cualquier otro , tal y como ella hizo, supiera aprovechar lo que la vida te ofrece como oportunidad.

domingo, 30 de octubre de 2011

Cayó aplastando todo lo que no supo apartarse a tiempo y tendido permaneció.
No mires atrás para no perderte

No tengas prisa por llegar

Alcanzar la meta no es el objetivo

el objetivo es caminar.

sábado, 29 de octubre de 2011

Se hizo el silencio.

Todo quedó quieto, inmóvil, desesperadamente paralizado.

Habría sido muy fácil romperlo pero , aún sabiendo que se arrepentiría, no lo hizo.

Miró por la ventana y al ver los árboles mecerse por el viento supo que lo había hecho bien.

viernes, 28 de octubre de 2011

Ojos perfilados, carmín en los labios, unas gotitas de perfume , pocas , algo de tacón y elegantes medias.

Falda por encima de las rodillas y blusa blanca, ligera y desenfadada acompañada de un pequeño colgante para dar un poco de color.

Media sonrisa de satisfacción, nervios contenidos pero presentes y decidida. Sobre todo, decidida.

Salió a la calle y empezó a caminar.
No sabía a donde iba.
No importaba.
Ese era su día y eso si que lo sabía.

Deambuló por aceras, parques y avenidas.
Recorrió escaparates sin entrar en las tiendas, sin llegar a pararse.
Se tomó un café en una terraza mientrás veía a la gente pasar.
Observó a niños jugando, parejas paseando y a otros corriendo.
Y se hizo de noche.

Volvió a casa, se cambió de ropa, se limpió la cara, cenó algo, se fue a dormir y soñó.
Soñó con su día.
Ese día que era solo para ella.
Ese día en el que no hablaba con nadie, ese día en el que no hacía nada concreto, ese día en el que solo paseaba sin pensar en nada ni en nadie conocido.

Ese día que sería imposible si no existieran otros que , por comparación, le hicieran anhelarlo.

jueves, 20 de octubre de 2011

Dicen que , cuando todo acabe, seremos juzgados y recompensados o castigados según nuestros actos.

En ese juicio no valdrán las mentiras , los engaños o el disimulo porque el juez lo sabrá todo y aplicará tanto el castigo como la recompensa de una manera justa y ecuanime.

El problema es que todos defendemos haber sido buenos y si no lo hemos sido ha sido forzados por las circunstancias. Nadie reconoce su culpa o sus malos actos por lo que los castigados defenderan su inocencia y no creerán en la justicia que se les aplica.

Sin embargo yo he decidido creer y por lo tanto , como creo en su imparcialidad voy a reunirme con él y comprobar como me juzga.
Si lo hace bien, volveré y os lo diré para que esteís tranquilos pero si no es así entonces no volveré y esperaré para ver vuestras caras cuando os caigan los sopapos.

viernes, 14 de octubre de 2011

No lo pude resistir.

Llevaba mucho tiempo pensando hacerlo pero me daba miedo.

¿Y si luego me arrepentía?.

Era una decisión que , una vez tomada, no tenía marcha atrás.

¡Uffffffffffffff!. Cogí un cuchillo, el más afilado y grande y de un solo tajo, ¡zas!.
La sangre salía , a veces a borbotones, a veces como un chorro interminable.

Me apliqué gasas.

Cuando se acabaron cogí toallas y cuando ya parecía que iba a ser imposible pararlo, algo debió taponar la herida porque el torrente cesó.

Ya estaba hecho.

Miré la herida y ... al instante me arrepentí pero... lo hecho, hecho estaba.

jueves, 13 de octubre de 2011

Rozando el absurdo, los pensamiento e ideas mezclados en un batido que no conduce a ninguna parte, echando de menos sin hacerlo, pensando en no pensar y cayendo a un abismo que no existe, me paro un momento, reflexiono y vuelvo a empezar.

No quiero parar de estarme quieto, no quiero conseguir lo que quiero, no quiero alcanzar mis metas.

Y , ¿Por qué?. No lo se, pero no quiero nada de lo que quiero.

lunes, 10 de octubre de 2011

¿Qué decir cuando ya no hay palabras?.

¿Qué contar cuando se acabaron las historias?.

Al atardecer, cuando todo se ralentiza y sabes que lo que querías hacer ya no podrá ser hasta mañana, cuando buscas una mirada que te haga ver que no estás solo, que no eres el único que no encuentra sentido a lo que le rodea, en ese momento leo, releo y ... algo me dice que todavía queda esperanza, eso si, lejos, muy lejos, montada en su negro corcel me hace ver que no todo está perdido.