Se hizo el silencio.
Todo quedó quieto, inmóvil, desesperadamente paralizado.
Habría sido muy fácil romperlo pero , aún sabiendo que se arrepentiría, no lo hizo.
Miró por la ventana y al ver los árboles mecerse por el viento supo que lo había hecho bien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario