Son instantes fugaces, casi imperceptibles, invisibles para el resto de la humanidad, inundaciones para tus ojos que el recuerdo vuelve eternos, mágicos, melancólicos, por encima de todo, melancólicos.
¡Y qué bien sientan!. ¡Cómo los necesitaba y añoraba!.
No te vayas de mi lado.
Sigue aquí aunque ya no estés
porque tu presencia me hace vivo
y, durante unos instantes, abandono mi nicho.
domingo, 26 de abril de 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)