En ocasiones, rara vez, tienes la suerte, la fortuna de ver una auténtica obra de arte. Te quedas mirandola como si fueras un crio en su primera visita a una pastelería o a esa tienda de juguetes en la que descubre ese con el que siempre soñó pero no creía que existiera.
Esta entrada se la dedico porque está muy bien hecha, perfectamente terminada, cuidada y mantenida y porque , sin nombrar al autor, al que no conozco ni se quién es, quiero agradecer haberla puesto donde está para que yo la descubriera.
AZUL.
No esperaba, ya ni buscaba, cuando la vi aparecer.
Torso reluciente, luces en sus mejillas, brillo en la sonrisa
reflejos de agua pasada, de nueva y de las dos mezcladas,
mirando sin mirar , posando al azar, y queriendo, a la suerte, tentar
No había insinuación ni mensaje escondido,
todo a la vista estaba, todo por descubrir quedaba
y mi corazón, condenado y sumiso, quedó y allí permaneció