Volví a la ciudad esperando encontrar compañía y solo cemento, semáforos y con caras impasibles me crucé.
No busqué, ya no quería equivocarme más y contigo, de bruces, me di, te cogí, al vuelo, con rapidez y ya ni busqué, ni encontré, ni me crucé porque solo para ti ojos tenía y , por fin, descansé.
Querido amigo Lurio.
ResponderEliminarNo sé si admites críticas. Siempre he tenido alabanzas hacia tus poemas pero éste no me parece que esté a la altura del resto que te he leído. Parece que lo has escrito con excesiva rapidez, con desaliento. Espero que no te lo tomes a mal. Un consejo: revisa los acentos. Un fuerte abrazo.
Si, claro que admito críticas. Ya está corregido.
EliminarRapidez y semáforos
EliminarLo siento, será deformación profesional.
EliminarDisculpa.
Siempre dicen que lo mejor es dejar de buscar, que las cosas y las personas vienen solas, no sé si porque están predestinadas, o por azar, pero acaban llegando. Y hay que saber también verlas venir y decidir si darles una oportunidad o dejarlas pasar.
ResponderEliminarUn saludo
Eso es lo díficil, saber reconocerlas pero...creo que si no lo hago, alguna colleja me hará rectificar.
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