Sentí que el cielo se abría solo para mi, la tierra temblaba a mi paso y todo bailaba a mi alrededor.
Sentí que no había más búsqueda, no más empezar porque ya todo era continuar.
Sentí que sentía y me paré a pensar.
Y no quería. Por primera vez no quería pensar.
Y pensé que el cielo solo de mi se reía, que no era la tierra sino mis pies los que temblaban y lo que a mi alrededor se movía era solo para avisarme y evitar que mi camino siguiera.
Y pensé , y a pensar volví y no paré hasta que todo era pensamiento, razón, cordura, amargura, quietud y soledad.
Se que él siempre a mi lado seguirá arruinando los mejores momentos, no dejando que en paz me sienta e impidiendo que siquiera tenga un momento de arrepentimiento pero también se que llegará un día que , mirando atrás, comprenda que no hubo mala intención, solo hubo razón.
En ese momento recordaré
Lo que pudo ser y no fue
Antes de , por fin, los ojos cerrar.
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Algunos lo llaman "Destino", pero solo algunos.
ResponderEliminarPensar....lo necesario, pensar demasiado solo crea confusión.
Cuando sintamos que todo baila a nuestro alrededor....bailemos, y si nos equivocamos, "que nos quiten lo bailao".
Que no se pierdan oportunidades y momentos por pensar y pensar, porque probablemente no se repetirán.
Pensar nunca es malo, lo malo es cuando pensamos como justificación para no hacer y estarnos quietos.
EliminarA veces intentamos ser tan rectos en nuestras decisiones, que le damos demasiadas vueltas a las vueltas y no siempre disfrutamos de lo que hacemos. Supongo que habrá que buscarle un punto medio de locura y de quietud. Pero supongo que más vale pecar por precavidos que caernos con todo el equipo después.
ResponderEliminarNo sé si he interpretado bien lo que querías poner....
Un saludo
Si, lo interpretaste bien pero....aún cayendo con todo el equipo, es muy tentador intentarlo.
EliminarHay que intentarlo Lurio, también necesitamos de cosas simples, de trivialidades, de la armonía de una gota de rocío, de la voz de un niño...
ResponderEliminarTanta razón y cordura, produce amargura, y esa amargura puede llegar a considerarse parte de nuestra vida.
Hay que ser un poco loco, una dosis de locura en nuestras vidas, es más que necesaria. Yo la necesito y la recomiendo.
Que pena... un día llegar a imaginar lo que pudo ser y no fue...
Un abrazo.
Al final necesitamos de todo un poco, de lo simple, de lo complejo, de la razón y de la cordura pero, como tú dices, sin dosis de locura nada merece la pena.
EliminarSolo espero no olvidar que no puedo basarlo todo en la locura y ...demasiadas veces lo olvido.