SALTABA, BRINCABA
Saltaba , brincaba y no paraba.
No había razón para hacerlo.
Saltaba, brincaba y no paraba,
como si la vida le fuera en ello.
Saltaba, brincaba y no paraba,
y el mundo se movía mas rápido a su alrededor.
Saltaba, brincaba y no paraba.
No era felicidad, no era tristeza.
Saltaba, brincaba y no paraba.
¿Qué otra cosa podía hacer?.
Dejó de saltar.
Dejó de brincar.
Murió triste sin comprender por qué había dejado de hacerlo.
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