Me miró y con gran ternura dijo :
- Hoy es la última vez que me ves. Cuando salga por esa puerta no habrá marcha atrás y todo estará sellado pero no estés triste, piensa que, justo antes de irme, me volveré y te dedicaré la mejor de mis sonrisas para que me recuerdes.
- ¡Es un cielo! - pensé - Va a tener el detalle de dejarme un último regalo para que nunca la pueda olvidar. Eso solo lo puede hacer alguién grande, alguién que piensa en mi bien.
Lo cumplió.
Se levantó y moviendose como solo ella sabía hacer , fue recogiendo su bolso, se puso la cazadora ajustada que nunca bajaba de la cintura para que pudiera ver lo bien que le sentaban los pantalones y al llegar a la puerta, la abrió, se giró y me dedicó la mejor, más tierna, más linda de sus sonrisas.
Que suerte tengo.
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Había una sonrisa en sus labios tentadora,y su mirada era tan subyugadora, que te dejó sin sentido... hipnotizado, sin tiempo a reaccionar.
ResponderEliminar¿No es una despedida deliciosa?
Pero más tarde dolió, ¿verdad? y entonces.
Creo que la estabas deseando... la despedida :)
Besos.
No tengo del todo claro dónde estaba lo deseado y dónde lo que no pero creo que toda despedida debe ir alejada del dramatismo. Al final todo consiste en tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos.
Eliminar¿Son posibles las despedidas dulces a un adiós que es para siempre? Supongo que sí, si lo deseas, como comenta Daphnelaluna.
ResponderEliminarUn saludo
Si, claro que son posibles si somos capaces de valorar lo vivido en vez de llorar por lo perdido.
EliminarSin signos de admiración...."qué suerte tengo", no se intrerpreta como debiera. No sé si lo consideras una suerte, pero a mí no me da esa impresión.
ResponderEliminarNo sabes lo que me ha gustado leer tu blog..me trasmite amor,sentimiento,mucha indecisión, y a saber valorar una sonrisa.
Volveré a pasar por aquí, es un gustazo leerte.
Saludos lurio.
Si no te da esa impresión es que he conseguido lo que quería. No hay suerte, es ironía, casi cinismo. Es una expresión mirando al suelo, laméntandose por la despedida pero sonriendo al mismo tiempo.
EliminarMe alegro que te guste. La vanidad es algo que, a dosis moderadas, viene bien tenerla algo alimentada.
Al final la mas linda de las sonrisas como supongo que siempre la tuvo. Un gran saludo.
ResponderEliminarPor acá dejo mi blog si gustas
http://someonepretendingtobeme.blogspot.com/
Me encanta la ironía y más cuando es tan fina, siempre consigue sacarme una sonrisa, aunque no tierna, sino más bien sarcástica...
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