Aunque solo fueran cinco minutos para poder verla, incluso a distancia, y disfrutar de nuevo de esa sonrisa que ilumina por donde pasa.
Cinco minutos que equivalen a una vida entera.
Cinco minutos que me sabrían a poco pero que, aún así, me darían lo suficiente para poder seguir soñando con otros cinco minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario