En un momento de euforia el mundo creí comer.
En un momento de desánimo creí que era él que a mi me comía.
Ni una cosa ni la otra pasó.
El mundo ni sabe que existo y para comerme tendrá primero que encontrarme.
Y ¿yo comerme el mundo?.
Imposible.
No soporto la mantequilla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La comida es un aliciente para el hombre
ResponderEliminar