Se avanza, se retrocede, en ocasiones te paralizas y cuesta volver a arrancar, en otras no eres capaz de parar, ni siquiera de reducir un poco la velocidad y así , poco a poco, y sin tener muy claro hacia dónde ni por qué vas haciendo un camino que ni es tuyo ni lo quieres pero del que te convences a ti mismo que es tu elección, que tu eres el único que decide si giras o sigues recto, si clavas los tacos en el camino o si coges impulso para ir con más fuerza.
¡Cuantas veces me he preguntado que parte era mía y que parte no lo era!.
No lo sabré nunca y creo que nadie lo podrá saber.
Cuando me encuentro a alguien afirmando que ellos son los únicos dueños de su vida no puedo evitar sonreir por dentro y pensar : ¡Qué linda es la ingenuidad!.
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A veces sí y a veces las circunstancias que nos rodean son las que van marcando nuestro camino y nosotros simplemente vamos avanzando o reculando. Supongo que afirmar eso te da una falsa seguridad que te permite seguir adelante.
ResponderEliminarUn saludo