miércoles, 9 de diciembre de 2009

Su secreto

SU SECRETO

"Esa mirada casi tímida,
entre juguetona e incisiva.
Ese pelo al viento, revoloteando,
rebelándose contra la cabeza del que nace.
Esa media sonrisa tierna y dulce,
pero con una pizca de escepticismo.

El mar como marco de rebeldía.
La cruz como contrasentido.
Y la camisa como refugio.

¿Con qué estará soñando?.
Quizás con las oportunidades perdidas
Quizás con las oportunidades por llegar.
Quizás no sueñe, quizás se agotaron sus sueños o
quizás sea solo una imagen reflejando lo opuesto a la realidad.

Su cabeza bulle, se revoluciona,
va tan deprisa que no existe para ella
la posibilidad de frenar.
A veces desearía hacerlo y
a veces necesitaría hacerlo.”

Lo estaba leyendo y no daba crédito a lo que veía.
Un desconocido le había dedicado un poema.
Bueno, más que un poema, parecía una secuencia de pensamientos inconexos, sin rima ni orden y sin embargo todo le parecía tan familiar.
Intentaba entender el significado de todo esto. No sabía si intentaba describirla a ella o era solo algo escrito sin más intención que agradar con las palabras.

Pero......le seguía pareciendo tan familiar.

Decidió no darle más importancia, a fin de cuentas, existía una seria posibilidad de que el destinatario real no fuera ella.
Había encontrado el papel en su buzón. Estaba cuidadosamente doblado y solo tenía escrito por la parte visible : “Para ti”.
Al abrirlo fue cuando se encontró esas palabras a las que no sabía como definir pero que la habían dejado confundida, intrigada e incluso ilusionada. La ilusión que le producía el misterio, ¿Quién sería?, ¿Por qué a ella?.

Había decidido aceptarlo como suyo, que más daba si no lo era, le parecía bonita la idea de que un desconocido le escribiera algo así, pero no paraba de darle vueltas a lo familiar que le parecía todo lo que estaba escrito. Era como si ya lo conociera y sin embargo estaba segura de ser la primera vez que lo leía.
Lo guardó en su bolso y se fue a trabajar. Su trabajo requería mucha concentración y además le apasionaba sobremanera lo que le hizo olvidar por completo el hallazgo matutino y dedicarse por completo a sus quehaceres. Lo único que no terminaba de gustarle de su trabajo era lo tarde que salía todos los días, no le dejaba tiempo para pasear, para disfrutar de la tarde en una terracita o para poder quedar de vez en cuando con los amigos a tomarse una cañita.

Llegó a su casa y al entrar en el portón , vio el buzón y se acordó de su papelito. No pudo evitar una sonrisa. Se le había olvidado por completo y sin embargo recordaba cada una de las palabras escritas. Subió los tres pisos a pie, le daba repelús el ascensor. En verano y con lo pequeño que era, si subías después de haberlo usado el vecino del cuarto, daban nauseas. Abrió la puerta de su casa e inmediatamente se cambió de ropa, se puso unas chanclas y con un melocotón que cogió casi a la carrera se sentó en el sofá a intentar averiguar algo más sobre ese poema.

Para ella ya era un poema, si estaba dirigido a su persona no podía ser de otra manera. ¿Un poema?, ¡Un poemazo!.

Lo que más le intrigaba era lo de la cruz, el mar y la camisa. Alzó la mirada y se encontró con su propia foto. Era una foto que le había hecho un buen amigo en el último viaje. Se la había dedicado y la tenía puesta en un lugar visible. No es que a ella le gustase verse, pero era un regalo muy especial de un amigo muy especial y por eso la tenía allí.
Su sorpresa fue mayúscula. Lo que decía el poema, lo que describía era lo que se veía en esa foto.
No podía ser, esa foto solo la conocía su amigo y ella...
Entonces....
Eso se lo había escrito él.
No, no podía ser. En ese momento estaba en algún lugar del Mar Adriático. Era imposible, ¿o no?.
Si, era imposible, pero.....
Decidió irse a dormir, esto empezaba a crearle malos rollos en su cabeza y con lo bien que le había sentado leerlo decidió dejar para el día siguiente analizar la parte negativa.

Durmió como una bendita.

Nunca más volvió a recibir nada, nunca supo quién se lo había escrito ni puesto en el buzón. Tampoco lo habló con nadie, ni siquiera con su amigo cuando regresó. Pero lo llevó siempre consigo. Era su secreto, le permitía soñar cuando los sueños la abandonaban, le permitía sonreír cuando las circunstancias lo impedían. Pero sobre todo le permitió darse cuenta que el más pequeño de los detalles a veces es suficiente para alegrar toda una vida.

2 comentarios:

  1. los detalles más pequeños, a veces son los mejores recuerdos

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  2. Alguna vez haz pensado en escribir algun libro? (alme).

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