- Hola - dijo sin ganas cuando él atravesó el umbral de la puerta.
- Hola cariño. ¡Que bien estar ya en casa!. Hoy he tenido un buen día. Han firmado los contratos sin poner ninguna pega y...
- Yo también estoy bien - interrumpió ella de la forma más seca que pudo aunque le pareció que no era lo suficiente antipática como para que se diera cuenta.
- Ah, vale, me alegro.... Como te iba diciendo, esos contratos me van a permitir hacer la ampliación que llevo años queriendo hacer, ¿te acuerdas?, esa que te dije que....
- ¡YA ESTÁ BIEN!. Estoy harta de tus contratos, de tus ampliaciones, de tus gracias, de tus zapatos, estoy harta de tí, ¿Qué tengo que hacer para que te enteres? - se dió media vuelta y empezó a caminar hacia el dormitorio.
Él , dando grandes pasos, la alcanzó y cogiendola por el brazo la giró hacia si mirandola con cara de susto - ¿Que pasa?, ¿Es que no te alegras por lo que te he dicho?, eres una egoista..... - en su cara se podía ver la furia contenida por la incompresión que ella demostraba - La verdad, no se porque te cuento nada...cualquier día me cansaré y me iré dejandote aquí con tus estupideces....
No le dejó continuar. Se soltó el brazo que estaba atrapado por su mano y empujandole con un dedo inquisidor clavado en su espalda lo fue llevando hasta la puerta y cuando ya la había atravesado le dijo - Ya está, ya te has ido y ni se te ocurra volver, ¡Imbécil!.
Rabia contenida, algún gesto de violencia cobarde y mirada de cordero degollado fue todo lo que pudo expresar. Intentó girarse del todo pero solo la cabeza pudo volver porque ella impidió al resto que lo hiciera y casi atragantandose le soltó - ¡Te arrepentirás!. Me pedirás que vuelva y yo te mandaré a la mierda. Eres una zorra desagradecida - y cogió camino hacia su coche.
Ella vió como lo arrancaba y desaparecía al final de la calle y sonrió. Sonrió con placer. Su casa volvía a ser su casa, su espacio ya era de nuevo su espacio, su vida volvía a ser su vida.
- Tengo que arreglar el jardín - pensó mientras se volvía, sin perder ni un minuto en recordar lo que acababa de ocurrir, borrando los ultimos años como si no hubieran existido - y debería pintar de nuevo el salón, este color ya me está cansando.
Cero dramas, cosa más fácil... jajaja.
ResponderEliminarAhora en serio. Creo que no hay nada que desgaste más en una relación que la nula comunicación. Al final se guardan rencores y reproches que acaban estallando de la peor forma posible. Lo mejor es sincerarse y hablar las cosas con total asertividad, intentando buscar un acuerdo en común que permita salir victoriosas a las dos partes (siempre que se quiera seguir intentando, claro).
Un saludo
Cuando el hastío hace acto de presencia en una pareja, hasta un simple hola qué tal, resulta molesto, porque en realidad debería haber dicho, adiós que te den...
ResponderEliminarComplejo esto de las relaciones