No tenía que haberlo dicho - pensó cuando ya se había ido, cuando no tenía remedio y solo quedaba tiempo para lamentaciones.
Si hubiera permanecido callado, mostrando indiferencia ante lo que acontecía se habría ahorrado muchos problemas. Problemas que ahora crecían a su alrededor como forzados por alguien que empujara desde abajo.
No, no tenía que haberlo hecho - se repetía una y otra vez sin descanso, perdiendo el poco tiempo que le quedaba en flagelarse en vez de pensar en la forma de salir adelante o , al menos, de no hundirse del todo en la oscura sensación de lo perdido.
( Fragmento del decimotercer libro empezado y , como todos los demas, nunca finalizado)
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Por si sirve de consuelo, a más de uno nos pasa lo mismo. Cuantos libros empezados y cuantos sin saber el final.
ResponderEliminarMe alegra volver a leerte, Lurio, me agrego para no perder tu blog, aunque yo creo que seguía otro tuyo ¿o estoy delirando que sólo tienes éste?
ResponderEliminarUn beso.
Tengo 3 más. En mi perfil se ven.
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