miércoles, 1 de septiembre de 2010

El amor (I)

Pleno de satisfacción sonrío.
Es la culminación de toda una vida, sonreir, pero no sonreir solo con la boca y con el gesto, es una sonrisa mucho más profunda, mas intensa, más plena, más íntima.
Es la sonrisa del alma, esa sonrisa que te proporciona satisfacción , tranquilidad, paz y armonía.
Una satisfacción que pocas veces se alcanza. No hablo de la satisfacción que produce un trabajo bien hecho o la cancelación de una deuda o un triunfo concreto y, por lo tanto, efímero, hablo de la satisfacción que produce el amar y sentirte amado. Es la satisfacción de poder ir sin máscara y sin maquillaje. Es la satisfacción de sentirte pleno.
Desde que el hombre es hombre se ha hablado continuamente del amor como algo que se busca o se encuentra, algo que nos debe ser proporcionado por una tercera persona y el amor no es solo eso.

Nacemos con el amor dentro de nosotros, es parte esencial de nosotros mismos y por lo tanto no hay que buscarlo o encontrarlo, lo que ocurre es que nuestro amor es imperfecto, necesitamos el complemento del amor de otra persona que nos permita , al unirnos, poder sacar de los más hondo de nuestro ser, todo eso con lo que nacemos y tenemos ahí guardado como un tesoro.

Lo díficil , lo casi imposible , es tener la suerte de encontrar a esa persona que su amor se complemente con el nuestro y que las circunstancias nos permitan descubrirlo. Pero , insisto, no es descubrir lo que esa persona nos puede dar, es descubrir que nosotros somos capaces de sacar a la luz todo lo que llevamos dentro al tener a esa persona al lado.
Y no es solo cuestión de dar o recibir. Puedes dar hasta el infinito, recibir lo mismo y no cuajar esa unión de amores.
Si amas y eres amado, si sientes esa paz, esa satisfacción, esa armonía, todo lo demás queda en segundo plano.
Solo conozco dos amores capaces de conseguir eso y ni son excluyentes ni el uno compensa la falta del otro. Uno es el amor por los hijos y el otro es el amor con tu pareja.
Son muy diferentes tanto en el fondo como en la superficie pero, si profundizamos en ellos, las sensaciones son similares.
Y yo, tengo los dos

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