lunes, 6 de septiembre de 2010

El amor (II)

Intentando profundizar en la esencia de los sentimientos, de encontrar el por qué , las causas , los motivos que nos inducen a sentir de una forma u otra llego a conclusiones del todo disparatadas, incongruentes y poco constructivas.

Me pongo como ejemplo a todo el que conozco, sus reacciones ante sus fracasos o su forma de expresar sus sentimientos, sus comportamientos ante la persona amada y sus formas de asimilar el "desengaño" y no me gusta lo que veo.
¿Es quizás que no sabemos amar?.
No creo que sea ese el problema. Empiezo a pensar que el amor como concepto no existe, al menos como concepto universal. Cada persona ama tal y como es en todo su ser. La persona egoísta, amará de una forma egoísta pero no por eso dejar de ser amor porque para que así fuera debería existir una definición clara y precisa del amor como tal.
El amor es una extensión de nuestra personalidad, somos seres necesitados de amor , de darlo y recibirlo pero el amor que a mi me llena es muy posible que no le llene a nadie más o si, pero a fin de cuentas es mi forma de amar y, como tal, es mi forma de ser.

Si no aceptaramos el amor de otra persona cuando vemos claro que su amor no tiene nada que ver con el nuestro creo que la mitad de la humanidad estaría sola pero también los que estuvieran juntos lo estarían de verdad.

Aceptamos el amor como el va al mercadillo y compra según le entra por los ojos. A veces lo más barato, a veces lo más bonito, a veces lo más original y una vez comprado y para no tener la sensación de haber tirado el dinero le da un uso que ni le llena ni le convence pero lo hace.

Hay que comprar menos compulsivamente en el mercadillo y hacerlo con más convencimiento. Y si algún día compramos algo que luego no nos convence, no nos empeñemos en usarlo solo por el hecho de haberlo comprado. Se puede regalar o entregar a alguién que si pueda hacer un uso adecuado de él.

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