jueves, 9 de septiembre de 2010

Me levanto y empiezo con ciertas rutinas que por el hecho de ser rutinas no signfica que sean ni aburridas ni que carezcan de magia.
Me preparó el café, enciendo el ordenador, doy los buenos días a mi princesa, leo las noticias, miro el cielo a través de la ventana y siempre me sorprendo haciendo planes que reconozco irrealizables pero que me produce una tremenda satisfacción el tenerlos y , de repente, todo se para a mi alrededor y me viene un pensamiento a la cabeza. Mas que un pensamiento , una pregunta.

¿Siempre ha sido así?.

Y la respuesta es inmediata : No.

No siempre y no necesito pensar mucho para darme cuenta que la causa de mi bienestar, del placer que tengo al hacer esas cosas todos los días, de hacer volar mi imaginación y disfrutar con ello es solo una.

Es ella, es la princesa de mis sueños encantados la que me permite volver a mi niñez, a mi juventud, a mi esencia. Su sonrisa, su actitud ante la vida, su amor, su dedicación , su compañía.

Hola mi princesa. Soy todo contigo.

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