martes, 22 de noviembre de 2011

Son preciosas, completamente diferentes.
Una rubia, la otra morena clara.
Una resuelta, la morena más encogida y reservada.
La rubia no para, mi morenita observa reposada.

Las miro con disimulo para no incomodarlas.
Sonreir las veo, como hablan observo
y al ver sus confidencias contarse
lleno de satisfacción y orgullo quedo.

No se qué parte de mi en ellas vive
pero  algo bueno debo poseer
cuando  nada malo en ellas veo
aún sabiendo que algún fallo deben tener.


Si una misión en esta vida tenía
por cumplida la doy ya.
Dos princesitas como las mias
nadie más al mundo habrá traido

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo. Son unos soles. Eso es algo que nadie te puede discutir ni te discutirá jamás.

    ResponderEliminar