jueves, 24 de noviembre de 2011

Y soñando toqué el cielo y el cielo preguntó:

"¿Qué quieres?. ¿Por qué me molestas a estas horas?".

"Siento haberte molestado" - le comenté - "pero solo quería decirte que el cielo está en la tierra y de envidia morirías si  lo bonito que es pudieras ver."

El cielo bajó la mirada, al verla suspiró y dándome la razón y deseandome buena suerte me despidió.

De vez en cuando lo miro.

Él me guiña un ojo.

Con una sonrisa el saludo le devuelvo y sonriendo continuo mi camino que ya no es camino, ni tiene dirección, es solo estar junto a ella y así, así quiero estar yo.

1 comentario:

  1. Mi silencio rompo, no lo dicto yo, me lo dicta el corazón deseando andar ese camino, sin pensar en la meta, ojalá no lleguemos nunca, solamente pasos, disfrutándo de cada uno de ellos

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