Estaba sentado en el suelo, jugando, sin ser consciente del paso del tiempo. Se inventaba historias de héroes y princesas, de batallas y derrotas, de victorias y regresos que , una vez terminadas, de nuevo a empezar volvía.
Hablaba consigo mismo, con sus juguetes. A veces reía, a veces se enfadaba y otras serio se ponía según el personaje que interpretara porque lo mejor de sus juegos era que los vivía, se los creía y , mientras duraban, en parte de su vida real se convertían.
De vez en cuando un "adulto" aparecía e intentaba el juego terminar.
"Ya eres mayorcito" - le decían unos.
"Yo a tu edad hacía cosas más importantes" - le decían otros.
"No creceras nunca y así no llegarás a ser nadie" - argumentaban otros.
El niño seguía a lo suyo sin hacer caso y sonreía por dentro.
Aún siendo pequeño había aprendido ya a diferenciar entre lo que le decían por su bien y lo que le decían por envidia.
A esos "adultos" les costaba aguantar que todavía hubiera algún niño que supiera disfrutar lo que ellos habían olvidado o nunca habían aprendido. Necesitaban de la infelicidad de los demás para no sentirse tan deschichados. Su consuelo era pensar que si todos lo hacían era porque no había quedado más remedio pero ver que alguién conseguía resistirse sacaba a la luz su mezquindad , ignorancia y cobardía.
El niño siguió siendo niño y , por el camino, se encontró con más niños que, cómo él , estaban orgullosos de seguir siendolo.
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Todos llevamos al niño que fuimos dentro de nosotros, y el adulto que no sea capaz de jugar es que perdió y olvidó su niñez.....nada mas triste!!!!! Hml.
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