Ahora que ya te habrás retirado a descansar.

Ahora que ya nadie me escucha y puedo empezar a soñar, a desvariar con mis anhelos y a disfrutar con mi bendita soledad, aprovecharé para contar lo que nunca se cuenta, lo que se desea y no se quiere, lo que se busca con la intención de no encontrar.

Todo aquello que al alcance de la mano está y que no coges por no contaminar.

Esas cosas preciosas y preciadas que sabes que si te acercaras demasiado a ellas las ibas a ensuciar, no porque tus manos estén manchadas, no porque tu tacto las vaya a maltratar, sino porque su belleza en su lejanía está.

Benditos sueños que te hacen volar, levantarte del suelo y empezar a levitar.

Suave, muy suave, despacio, como si el tiempo nunca fuera a pasar.

Vuelas alto para no perderte.
La visión lejana te da perspectiva,
marca tu rumbo e indica tu destino.

No hay riesgo de colisión
Nadie más sige tu camino.
Eres dueño de mares y cielos.

Yo te digo : Baja, arriesga, vuela entre los árboles.
Colisiona, esquiva, mezclate con insectos y garrapatas
y comprobarás que no son malos ni buenos.
Que no eres mejor ni peor,
solo diferente.

Sueño

Sueño de una noche,
no te vayas y me dejes solo.

Sueño de un momento,
déjame repetir y acariciar ese instante.

Dulce despertar, contigo a mi lado.
Amarga despedida cuando corriendo te fuiste.

Una y otra vez el recuerdo vuelve.
Sensaciones que se pierden y solo el olvido queda
pero cuya esencia a mi lado quiero que permanezca.

Olvidarte no puedo, recordarte no sé.
Sustituirte es imposible y mi condena ya cerré

No sé dónde se me escapó, dónde lo perdí ni si , algún día, lo volveré a encontrar.

Ni siquiera sé si lo quiero recuperar.

Es una ignorancia que , en cierto modo, me causa placer dentro de la desesperación. Un extraño placer que tiene sus tintes de tristeza, de amargura con mezclas picantes, ácidas y , en ocasiones, saladas.

No hay dulzura ni la quiero.

Hoy

Sin planes ni expectativas, sin futuro ni ganas de tenerlo.

Del pasado aprendo, el futuro me entristece y el presente es lo que vivo.
No puedo prometer ni garantizar porque eso requeriría mirar más allá del día de hoy y capaz no me siento.
No sé donde estaré , que haré, lo que sentiré o amaré. Solo se donde estoy, que hago, que siento y lo que amo.

Voy despacio pero con prisa por tener hoy lo que , quizás, mañana ya no exista.

Lo que más amo no lo tengo ni lo tendré.

A flor de piel

Algún día me gustaría poder reunir a todos aquellos que he conocido o leído a través de la red. Sentarnos en una terraza.
No hablar, solo estar y así, quizás, comprobar si es verdad que la sensibilidad se lleva a flor de piel.

Qué se nota.

Qué se transmite.

Tantos corazones palpitantes, tantas almas rebosantes de sentimientos, de sensaciones, de alegrías e insatisfacciones juntas , por fuerza, debería generar algo.

O quizás no.

Menos mal que no lo comprobaré y así podré seguir soñando con esa posibilidad.

La posibilidad de la magia hecha realidad.

Hace una semana un chino, al entrar a su casa de vuelta del trabajo dijo : "Hola".

Ayer, tú, me reventaste una botella en la cabeza.
Cuando te pedí explicaciones me dijiste :
"No mira, es que hace una semana un chino dijo "Hola" en china y una cosa ha llevado a la otra.
No lo he podido evitar".

Tú te fuiste de rositas.
Yo me quedé con la cabeza abierta.
Y el chino... el chino cargó con todas las culpas.

Miradas esquivas, sonidos imperceptibles,

sonrisas disimuladas y palabras no dichas.

Todo forma parte del mismo lenguaje.

Un gesto, una sonrisa, un guiño de complicidad.
Cosas pequeñas, casi imperceptibles mucha veces, que te llenan el corazón , el alma y toda tu estructura osea tiembla de satisfacción.

Sigue dándome esos pequeños  detalles y , yo, a cambio todo mi pensamiento te daré.

Noche triste y oscura.

Ilusión rota y esperanzas perdidas.

Años de espera y de angustía

y , tú, ahora, con un simple gesto

me enseñas la puerta desnuda.

Me iré sin volver la vista

pero todavía no cantes victoria

que mi última palabra

aún no esta dicha.

Mundos de colores llenos.
A borbotones en ocasiones, en otras tenues lineas o formas redondeadas sin fin.
Mudándose y cambiando las tonalidades.
Muy intensos unas veces, suaves y ligeros otras.
En momentos concretos, todos poniéndose de acuerdo, mutan a un mismo color mostrando uniformidad no, por ello, exenta de belleza para, a continuación, volver a ir cada uno por libre dando la sensación de caos, plural, exótico, amable y confuso, generando expectación por averiguar el siguiente movimiento.

No dejo de mirarlo, observarlo y ver como llena mi alma de optimismo y satisfacción.

Horas de sueño perdidas.

Lluvia de verano que no me mojó.

Rocío de la mañana cuyo olor se me escapó.

Todo eso quiero recuperar porque su recuerdo no encuentro.

Una visita inesperada me ha permitido descubrir un nuevo rincón donde lo simple es bello y lo breve llena páginas enteras.

Tanto me ha sorprendido que entero me lo he leído dos veces.

La puerta de mi casa he tenido que cerrar.

Insectos, cucarachas y alguna que otra ratilla

intentaban , a hurtadillas, colarse.

Era tan simple como llamar a la puerta.

En vez de eso, por la noche y a escondidas

lo hicieron, ensuciaron y malnombraron.

A eso yo lo llamo cobardía.

Hoy, contigo, otra vez de nuevo, soñé.

Me querías , me buscabas y te encontré.

Todo quería y todo le podía dar.

Todo esperaba y todo tenía yo.

No lo quiso y me tuve que conformar.

Empiezo de nuevo a caminar.

Lo hago , a ratos despacito, a ratos acelerado, pero ya no se parar.

Entrada la noche, sin ruidos, sin interferencias, me dispongo a escribir.

No sé lo que saldrá porque todo fluye de forma natural, sin pensarlo y conforme escribo mis sueños salen a relucir.

Sueño con un mundo mejor, con un futuro sin final, con una pesadilla de nunca acabar.

En mi mundo, maldad y bondad, de la mano van y ni una es mala ni la otra es seguridad de felicidad.

Lo malo y lo bueno indisociables son y conforme avanzas en un sentido, el otro avanza a la misma velocidad. A veces me gusta lo malo y a veces lo bueno me hace revivir.
A nada quiero renunciar y todo es posible compaginar.

Solo me falta encontrar con quién compartir esa zozobra, ese bienestar que me lleva al abismo y , de la misma manera, me hace renacer.

Una tenue luz se coló por las pocas rendijas que abiertas dejé.

Mucho caso no le hice esperando se fuera apagando o de largo pasase pero la curiosidad fue superior a mi y una ventana abrí.

La luz hasta dentro penetró y , yo , confundido, la observé.

Dejé que iluminara la habitación y sus rincones recorriera. De un lado para otro iba como una visita curiosa que no tiene intención de quedarse pero que primero ha de conocer y saber, revolotear y reir para, a continuación , su camino seguir.

Todas las ventanas y puertas abrí para que entrase y saliera a su antojo.
Capturarla no quería.
Atraparla no era mi intención.
Solo observar su ir y venir porque me producía mucha satisfacción.

Sé que, algún día, otro sitio irá a iluminar pero la luz que está dejando aquí dentro, esa, nunca se apagará.