Entrada la noche, sin ruidos, sin interferencias, me dispongo a escribir.

No sé lo que saldrá porque todo fluye de forma natural, sin pensarlo y conforme escribo mis sueños salen a relucir.

Sueño con un mundo mejor, con un futuro sin final, con una pesadilla de nunca acabar.

En mi mundo, maldad y bondad, de la mano van y ni una es mala ni la otra es seguridad de felicidad.

Lo malo y lo bueno indisociables son y conforme avanzas en un sentido, el otro avanza a la misma velocidad. A veces me gusta lo malo y a veces lo bueno me hace revivir.
A nada quiero renunciar y todo es posible compaginar.

Solo me falta encontrar con quién compartir esa zozobra, ese bienestar que me lleva al abismo y , de la misma manera, me hace renacer.