Busqué una solución al irresoluble problema preguntando que hacer aún sabiendo la respuesta.
Pregunté a la razón y esta solución me dió :
"No se resuelve lo irresoluble así que... olvídalo".
Pregunté al corazón y me dió también la suya :
"No existen problemas sin solución, solo excusas que justifiquen la inacción".
Y pregunté al único que sabría conjugar ambas respuestas y también su respuesta me dió :
"¿Por qué preguntas cuando conoces la respuesta? o es que necesitas alguna excusa para , al final, acabar haciendo lo que , a día de hoy, ya sabes que harás mañana".
"No" - le respondí - "No busco excusas para hacerlo, las busco para no hacerlo".
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No hay problemas irresolubles. Eso si, las soluciones pueden ser erróneas.
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