Recorrí una calle cualquiera, en un sitio cualquiera de una ciudad cualquiera y, al llegar al final, había olvidado qué calle era, qué sitio era, por qué estaba allí y cómo había llegado y me paré, me senté y observé.
Intentaba encontrar en las caras y gestos de la gente que por allí pasaba si a ellos les pasaba lo mismo o era solo yo el que no se encontraba pero no veía rostros de confusión, ni de sensación de perdida, ni nadie miraba a los lados buscando nada. Todos parecían caminar sabiendo hacía donde iban y por qué y eso me confundía más.
Llevaba un rato mirando con cierta angustía cuando descubrí que a mi lado estaba sentada otra persona.
Ella también miraba a la gente, a veces parecía tener mucha curiosidad por lo que delante pasaba pero, otras, parecía desconectar y ser completamente ajena a todo lo que nos rodeaba y dudé si preguntarle, si intentar averiguar si su estancia allí era por algo parecido a lo que a mi me había paralizado o no tenía nada que ver y .... me decidí.
¿Que haces aquí? - le pregunté.
No hago nada. Solo estoy - me dijo casi sin mirarme.
Y volví a dudar. Esa era una respuesta, era la respuesta pero no sabía si había sido una elegida al azar o , de verdad, ese persona podía ser capaz de entender, de pensar, de comprender lo que la mayoría ni se planteaba ni le importaba.
La duda duró poco y continué una conversación sin fin y empecé a recordar y volvieron a mí los motivos, las razones olvidadas, volvió todo aquello que siempre estuvo en mí pero que parecía aletargado, dormido, perdido, refugiado en lo más profundo de mi ser y pude volver a caminar, a retomar las calles, cuestas, senderos, carreteras, sin importarme si ya estaban recorridos porque ya no era el camino lo importante, lo que , de verdad, importaba era con quién hacía ese camino.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
jueves, 17 de diciembre de 2015
Miro hacia arriba y no veo techo. Todo es inmensidad, luces lejanas y, otras, al alcance de la mano. Ninguna es más atractiva que las demás y ya no se a cuál mirar más.
En unas veo un brillo suave, calido, tranquilo y acogedor, en otras veo fuego, arrebato, furia y desasosiego, las hay que tienen un brillo oculto, tímido que no se deja mostrar y, el resto, tienen una mezcla de todas las demás mostrando , a veces, unas cosas y , en otras ocasiones, otras muy distintas.
A todas las quiero, a las conocidas y a las por conocer, a las cercanas y a las de más allá, a las fuertes e impulsivas y a las más frágiles y ocultas.
A todas quiero, a todas tendré.
En unas veo un brillo suave, calido, tranquilo y acogedor, en otras veo fuego, arrebato, furia y desasosiego, las hay que tienen un brillo oculto, tímido que no se deja mostrar y, el resto, tienen una mezcla de todas las demás mostrando , a veces, unas cosas y , en otras ocasiones, otras muy distintas.
A todas las quiero, a las conocidas y a las por conocer, a las cercanas y a las de más allá, a las fuertes e impulsivas y a las más frágiles y ocultas.
A todas quiero, a todas tendré.
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Hay un corazón que late intentando, sus pasos a los tuyos, acompasar.
No lo consigue, tropieza, se levanta, a tu alrededor da vueltas y vuelve a tropezar.
En ocasiones corre, en otras pierde el aire, va por libre y libre no quiere estar.
Te mira, sonríe, recupera el aliento y, de nuevo, vuelve a empezar.
martes, 15 de diciembre de 2015
La espera ha sido una de las cosas que peor he llevado a lo largo de mi vida, la falta de paciencia, tirando por la calle de en medio por no saber permanecer un poco más , por no saber estarme quieto esperando acontecimientos, por no soportar la impotencia de saber que la decisión no era solo mía.
Y ahora, cuando ya no estaba dispuesto no ya a esperar, es que ni siquiera a mirar de soslayo. me encuentro disfrutando con ella.
Bendita espera.
Y ahora, cuando ya no estaba dispuesto no ya a esperar, es que ni siquiera a mirar de soslayo. me encuentro disfrutando con ella.
Bendita espera.
lunes, 14 de diciembre de 2015
Abrazo las olas de ese mar que no consigo abarcar,
bebo el aire que me rodea como si ya no pudiera respirar
veo tu rostro en todas y cada una de las gotas que mojan el amanecer
y nombro tu corazón , una y otra vez, para que me oiga
para que no me olvide, para que sepa que por él respiro,
con él sueño y al que miro, sonrío y acaricio.
bebo el aire que me rodea como si ya no pudiera respirar
veo tu rostro en todas y cada una de las gotas que mojan el amanecer
y nombro tu corazón , una y otra vez, para que me oiga
para que no me olvide, para que sepa que por él respiro,
con él sueño y al que miro, sonrío y acaricio.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Es muy frágil el hilo que mantiene unido lo que es con lo que no es.
Se necesitan, no pueden vivir el uno sin el otro porque sin lo que no es ¿Cómo sabría lo que si es que lo es de verdad? pero esa necesidad no hace su unión más fuerte, al contrario, la debilita.
Es curioso como dos entes opuestos se necesitan hasta el punto de ser uno de sus principales argumentos vitales y al mismo tiempo intentan con todas sus fuerzas romper cualquier relación entre ellos.
El día que , cualquiera de los dos, consiga su objetivo morirá con él, arrastrará a la muerte al otro y ya será tarde para rectificar.
Se necesitan, no pueden vivir el uno sin el otro porque sin lo que no es ¿Cómo sabría lo que si es que lo es de verdad? pero esa necesidad no hace su unión más fuerte, al contrario, la debilita.
Es curioso como dos entes opuestos se necesitan hasta el punto de ser uno de sus principales argumentos vitales y al mismo tiempo intentan con todas sus fuerzas romper cualquier relación entre ellos.
El día que , cualquiera de los dos, consiga su objetivo morirá con él, arrastrará a la muerte al otro y ya será tarde para rectificar.
jueves, 3 de diciembre de 2015
Una palabra, un simple gesto puede ser causa del mayor de los cataclismos interiores que se pueda conocer.
¿Exagero?, si , un poco, porque un solo gesto o palabra aislado , sin continuidad ni precedentes, sin sinceridad ni sentimiento es poco más que una pelusilla que se lleva el viento pero si va bien acompañado, bien arropado, tiene fundamento y lo ves salir desde los más profundo puede ser el desencadenante de toda una cascada de sensaciones y provocar el despertar de todo lo dormido durante años....tantos años......
Millones de sonrisas que has repartido toda tu vida.
Mil sonrisas que recuerdo y sigo haciendo mias.
Una sonrisa que me regalas todos los días.
Sigue sonriendo y, yo, te seguiré llevando.
¿Exagero?, si , un poco, porque un solo gesto o palabra aislado , sin continuidad ni precedentes, sin sinceridad ni sentimiento es poco más que una pelusilla que se lleva el viento pero si va bien acompañado, bien arropado, tiene fundamento y lo ves salir desde los más profundo puede ser el desencadenante de toda una cascada de sensaciones y provocar el despertar de todo lo dormido durante años....tantos años......
Millones de sonrisas que has repartido toda tu vida.
Mil sonrisas que recuerdo y sigo haciendo mias.
Una sonrisa que me regalas todos los días.
Sigue sonriendo y, yo, te seguiré llevando.
martes, 1 de diciembre de 2015
Cordura y locura de la mano van.
Ninguna gana, las dos pelean, discuten y, en ocasiones, se golpean pero inseparables siguen siendo.
No se conciben la una sin la otra porque, si locura desapareciera, la pobre cordura de tanto echarla de menos en locura se transformaría y la otra sabe que lo mismo intentaría aunque nunca lo consiguiera.
Locura admira, por inalcanzable, a cordura y esta admira a locura por su libertad, espontaneidad y falta de compromiso.
Y las dos juntitas continúan su camino, de la mano, admirándose, cuidándose pero nunca demostrándolo
Ninguna gana, las dos pelean, discuten y, en ocasiones, se golpean pero inseparables siguen siendo.
No se conciben la una sin la otra porque, si locura desapareciera, la pobre cordura de tanto echarla de menos en locura se transformaría y la otra sabe que lo mismo intentaría aunque nunca lo consiguiera.
Locura admira, por inalcanzable, a cordura y esta admira a locura por su libertad, espontaneidad y falta de compromiso.
Y las dos juntitas continúan su camino, de la mano, admirándose, cuidándose pero nunca demostrándolo
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