jueves, 17 de diciembre de 2015

Miro hacia arriba y no veo techo. Todo es inmensidad, luces lejanas y, otras, al alcance de la mano. Ninguna es más atractiva que las demás y ya no se a cuál mirar más.

En unas veo un brillo suave, calido, tranquilo y acogedor, en otras veo fuego, arrebato, furia y desasosiego, las hay que tienen un brillo oculto, tímido que no se deja mostrar y, el resto, tienen una mezcla de todas las demás mostrando , a veces, unas cosas y , en otras ocasiones, otras muy distintas.

A todas las quiero, a las conocidas y a las por conocer, a las cercanas y a las de más allá, a las fuertes e impulsivas y a las más frágiles y ocultas.

A todas quiero, a todas tendré.


1 comentario:

  1. Hace poco que he releído el libro de "El Principito" y tu escrito me ha recordado a una conversación entre él y el piloto: "tú tendrás estrellas como nadie ha tenido, en una de aquellas estaré yo riendo...".

    Un saludo

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