lunes, 12 de marzo de 2012

En medio de un mar embravecido, cansado de luchar contra olas y remolinos, añorando algo de tranquilidad encontré un remanso de paz.
Una isla en mitad del oceáno con olor a menta y azahar donde descansar y la lucha dejar.

No había siquiera empezado a disfrutar cuando una ola a lo lejos mi atención llamó y como un poseso hacía ella me lancé.

La paz añoro pero con ella a mi lado no se estar.

Quiero lo que no quiero y así he de vivir.

1 comentario:

  1. Es mas importante el aliciente que nos hace vivir, que lo que creemos añorar (es mi opinión, si es que lo entendido bien).Hml.

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