Ya recuperado de mis heridas, casi cicatrizadas y con la rehabilitación casi terminada me encuentro en disposición de a la batalla volver y , sin embargo, ganas no tengo.
Por primera vez prefiero la tranquilidad del porche, sentado en mi mecedora y estar viendo la vida pasar a volver a la lucha.
Es una sensación nueva que yo pensaba no sería capaz nunca de tener y , aquí estoy, satisfecho con mi nueva situación y con un reposo interior que casi desconocía.
A veces, en ciertos momentos, añoro el vértigo, el desequilibrio que produce la incertidumbre del resultado pero es algo que apenas me dura y sonrio al ver que así ha sido.
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Quizás eso por lo que luchabas, no merezca la pena, por eso se te han quitado las ganas de seguir luchando. Pero......yo cambiaba la mecedora por una buena hamaca, es lo mejor que hay para descansar y relajarte. Palabra!!!!. Hml
ResponderEliminarpara luchar hay que tenerlo claro , de lo contrario la tranquildad es muy valiosa, solo la valoramos cuando la perdemos. besos
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