Hay días y días

 Hay días en los que todo sale bien, te ríes, sonríes y el ánimo, no es que esté por las nubes, pero está aceptable.

Y hay días en los que todo se tuerce, los problemas se multiplican y te llueven cosas que ni conocías cuando menos te las esperabas.

Y, por último, están los días en los que no pasa nada, en los que todo parece aburrido, anodino y sin gracia.

Pero, al fin y al cabo, son días.

Días que vives.

Días que, si buscas bien, siempre tienen algo bueno. Una sonrisa, un gesto, algo inesperado (que no sea malo coño), algún detalle que muchas veces se queda tapado por las otras cosas, a las que damos más importancia, y no la tienen tanto.

Hoy ha sido un día de los segundos, de los malos de cojones, pero al sentarme a pensar en todo lo que había pasado he recordado una sonrisa de esta mañana que vale por cientos de días, un intercambio virtual de mensajes que han traído más sonrisas y mucho cariño (quizás en esto del cariño me estoy pasando pero para eso es mi blog que carajo), un posible reencuentro (difícil pero posible) que, si ocurre, será como quitarme una losa de encima y una lejana ilusión que, aunque cada día se aleja más, sigue siendo posible.

Y, al final, resulta que ha sido un buen día.