Relato juevero a propuesta de Myriam del blog "de amores y relaciones" https://deamoresyrelaciones.blogspot.com/
Subimos al último piso por una empinada y estrecha escalera y, mientras lo hacía, iba ralentizando, poco a poco, el paso para que aquella subida no terminara nunca.
Iba notando su fragancia, su respiración detrás de mi y pensaba que nunca había estado tan cerca del amor de mi vida.
Me preocupaba que, en cualquier momento, se quejara y me pidiera paso para adelantarme por lo que intentaba que mi paso pareciera lo más natural posible y, eso, nunca llegara a ocurrir y, mientras tanto, iba imaginando como sería nuestra vida juntos, los momentos de ternura, de pasión, de lagrimas y las interminables conversaciones en las que hablaríamos de los temas más profundos mezclados con todas las tonterías imaginables.
Imaginaba atardeceres llenos de sonrisas y eternas noches que dieran paso a suaves amaneceres de café con cómplices miradas en los que el silencio permitiera escuchar mi corazón palpitando como nunca antes lo había hecho.
Contaba los escalones esperando que se fueran multiplicando, creciendo y me daba igual si mis piernas y pulmones pudieran reventar por semejante esfuerzo porque una experiencia así no la podía dejar escapar.
Y llegamos a lo más alto.
Y continué mi camino.
No volví la cabeza por lo que no pude ver su rostro y dejé volar la oportunidad de mi vida esperando que en el próximo rincón, pasillo, calle o ascensor volviera a encontrar a esa persona a la que nunca conocí, que siempre fue distinta pero que siempre me inspiró.
Una romántica historia donde el desenlace nunca se llega alcanzar, tal vez cuando se idealiza un amor es mejor nunca conocerle, así seguirá siempre en nuestra mente como el mejor amor jamás encontrado. Un saludo.
ResponderEliminarAsí es.
EliminarEn nuestra imaginación siempre es todo más bonito.
Que tengas un buen día.
A veces debemos dar ese paso para que aquello que imaginamos, se llegue a cumplir.
ResponderEliminarUn pensamiento que asciende y se eleva al ritmo de esos peldaños y que, a pesar de desearlo e imaginarlo, no se hará tangible. Quizás el destino los una en el camino, nuevamente, permitiendo una segunda oportunidad…
Muy hermoso, evocador y descriptivo relato…
Un placer tu participación, Lurio.
Abrazo grande.
Quizás el destino.
ResponderEliminarEso me gusta pensar, que el destino... pero... rara vez aparece.
Un abrazo también para ti.
Lástima que no se animó a hablar. Seguro que la otra persona deseaba que tu personaje se arriesgada. Saludos jueveros
ResponderEliminarPuede ser pero, en mi imaginación, ella era completamente ajena a esos pensamientos pero... todo es posible.
EliminarSaludos
Una pena que tanto romanticismo matara el posible amor. Bien por tu aportación y gracias por tu comentario en mi blog.
ResponderEliminarMe quedaré por aquí. Saludos
Pues si es una pena.
EliminarTendré que aprender a escribir finales más felices.
Un placer haberte leído en tu blog.
Saludos.
Que bonito tu relato, tiene la belleza de las cosas tristes.
ResponderEliminarUn abrazo, me quedo por aquí.
Muchas gracias y bienvenida
EliminarBueno, pueden volver a cruzarse, bajar y volver a subir y, entonces, menos ensoñaciones y más hechos. Nunca es tarde para soñar y tampoco para reconstruir la realidad.
ResponderEliminarUn beso.
jajaja pues si. Creo que eso sería lo mejor.
EliminarLurio, me alegra volver a leerte, qué alegría que estés de nuevo por aquí y que te hayas sumado a los relatos jueveros, además con un buen texto, que me has hecho visualizar cada escena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo también me alegro de haber vuelto.
EliminarUn abrazo para ti también
¡Ay! te había puesto un comentario larguísimo y cuando lo envié ( sin copiar) se fue al limbo.
ResponderEliminarPrimero que todo darte la bienvenida, nuevamente al grupo de los jueves y agradecerte tu debut en mi convocatoria.
Segundo: Quizás, como dice Campirela, algunas veces sea mejor quedarnos con la idealización para no decepcionarnos. Pero siendo que la oportunidad está echada, podría el darnos vuelta ser la puerta de entrada a una relación corta o larga, profunda o somera. Yo hubiera arrojado algo al piso como para darme vuelta. El no, ya lo tenemos.
Un abrazo y espero verte en la convocatoria de Mag de la próxima semana. El domingo en mi cierre podré el enlace a su blog.
El problema de darse la vuelta es que, casi seguro, lo imaginado habría superado a la realidad y no podría haber vivido ese amor aunque fuera efímero.
EliminarGracias por la bienvenida y espero seguir participando.
A veces es mejor imaginarse lo que puede ser y no es por miedo a decepcionarse. Precioso relato, besos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. La imaginación siempre es más divertida e, incluso en ocasiones, más auténtica que la realidad por absurdo que parezca.
EliminarEl ideal y la vida, es muy frecuente encontrar en la literatura romántica, el ideal ligado a la musa, Orfeo, además, no debe volver la cabeza de lo contrario ... la carroza se convertirá en calabaza y Dulcinea en la cordura, Aldonza ... y aún así, Orfeo se da la vuelta y Cervantes no es ni Quijote, ni Sancho; ahí donde hay carne hay vida, hay abundancia y falta, hay materialidad para dar forma a la que insuflar un ideal o no. Me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias.
ResponderEliminarComentarios así son los que me motivan a seguir intentando escribir.
Un abrazo también para ti.
y ella no está Laura se fué...pero Laura es. Una interesante historia de deseado encuentro con una nota en el aire de otro tan fructifero como aquel. Un abrazo
ResponderEliminarEse es el tema. Otro vendrá que al anterior te hará olvidar.
EliminarUn abrazo
Lástima que no contó con la elocuencia, con el atrevimiento para hablarle. No se puede confiar en el destino.
ResponderEliminarBien contado. Saludos.
El destino es muy cabrón. Nunca se puede confiar en él.
EliminarSaludos
Una especie de musa, supongo al voltear a verla quien es uno se convierte en sal.... mejor no saber que era.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Mientras no sepa quién es se podrá imaginar todo lo que quiera pero, en cuanto lo sepa, adiós a los sueños y bienvenido a la realidad.
EliminarMe ha alegrado conocerte t sobre todo leerte.
ResponderEliminarGracias. Lo mismo digo.
EliminarNada de aprender a hacer finales felices. Este es el mejor final de esta historia.
ResponderEliminarAunque puestos a imsginar, él podia haber tenido el covid hace unos dias, y falto de resuello, haberse parado de gilpe, y ella , que llevaba un cafe con leche en la mano, haberselo tirado por encima. Entoncer hubiera sido el destino, que a veces nos deja mucho trabajo.
Saludoss
El destino es muy cabrón y, por eso mismo, muy divertido.
EliminarTa vez el destino os vuelva a untar,
ResponderEliminarMuy bonito, la verdad. Un abrazo
Espero que no porque ya no sería lo mismo. Ahora toca descubrir lo que nos depara la siguiente esquina.
EliminarUn abrazo para ti también.