Cuando más cansado te sientes.
Cuando la toalla a punto estás de tirar harto de pelear, de intentar, de discutir, de intentar razonar sin ningún resultado.
Cuando no tienes ganas ni de tener ganas, en ese momento, una brisa de aire fresco aparece y aunque solo te roza te hace ver que no todo está perdido.
Es solo una leve brisa, un ligero aroma a esperanza y a color, un roce suave en la cara que se te escapa tal y como ha venido pero que te dice que todavía es posible.
Qué aún queda algo a lo que aferrarse, algo con lo que soñar, algo que buscar y , quizás, algún día, encontrar.
Gracias por ese suave aroma a vida que me has traido.
Lo necesitaba.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Estoy de acuerdo, ayer martes por la noche, hacia un viento frío, encantador y relajante a la vez, eso pensé al pasar por Plaza de España. Hml
ResponderEliminar