Toda mi vida he esperado este momento sin saberlo.

No sabía lo que buscaba, lo que quería encontar, que es lo que me iba a llenar.

He dado vueltas de aquí para allá, he probado el agua de todas las fuentes que en mi camino he ido encontrando y nunca conseguía , del todo, mi sed saciar.

Y, ahora, lo encuentro donde menos me lo podía esperar.

No era nada de lo que imaginaba, no se parecía a ninguno de mis sueños y menos todavía a la supuesta vivida realidad.

Ya no pruebo, no busco nada saciar porque no era sed lo que tenía.

Lo que tenía era mi propia fuente llena a rebosar y abrir el grifo necesitaba, dar y demostrar sin nada a cambio esperar, entregar a todo aquel que en mi camino se cruzara y no pararme para así evitar que tentación de darme las gracias le pudiera asaltar.

No es correr pero casi porque a paso rápido voy.

Observo lo que me gusta observar mas sin pararme continúo.

No quiero mirar atrás porque cuando lo haga me volveré a parar y no quiero hacerlo.

Se que alguno de los que atrás deje se quejará, no lo entenderá y engañado se sentirá pero esa es mi vida y como tal la viviré.