Una tarde de verano te conocí.
Ni mirada , ni sonrisa te vi
pero, tu corazón, enseguida intuí.
Que me quieres no lo dudo
lo se, lo veo y, dentro de mi, lo siento,
lo vivo y , sin parar, lo recuerdo.
Sigo tus pasos allá donde vayas.
En la distancia , con cautela, te observo.
No sufras pues a tu lado permanezco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Si quieres que no sufra, ya que estas tan seguro de su cariño, igual deberías estar mas cerca, pues al lado, quizás no sea suficiente.
ResponderEliminar