jueves, 1 de diciembre de 2011

La vi de lejos.
Se movía con una gracia fuera de lo común.
Andar pausado, con armonía.
Con estilo, con mucho estilo.

Aceleré el paso intentando alcanzarla. Necesitaba comprobar si su cara reflejaba lo que yo estaba imaginando.
La alcancé y , sin ningún disimulo, me giré para mirarla.
Ella me miró sorprendida e hizo el gesto de saludarme.
Seguramente pensó que un chalado que hace eso tiene que ser conocido.

Le ofrecí un café y , aún no entiendo por qué, aceptó.
Nos tomamos un segundo café.
Me miraba sonriendo y hablamos de todas las tonterías que se nos iban ocurriendo.
Al terminar , me despedí e hice ademán de marcharme.

Ella extrañada y algo confusa preguntó : "Y...¿Ya está?".
Si - le dije - ¿Por qué?
No, por nada - respondió.
Y cada uno siguió su camino.

3 comentarios:

  1. Pero....la gracia con la se movía reflejaba lo que imaginabas?????. Me falta algo, comprendelo!!!!. Hml

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  2. En el fondo un poema no es algo que se vè
    si no la luz que nos permite ver
    y lo que vemos es la vida reflejada
    en mil colores

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  3. Me ha encantado...¿se volverán a encontrar?

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