domingo, 25 de diciembre de 2011

Poquito a poco, muy despacito, casi sin hacer ruido, va entrando, introduciendose.

Me recorre , atraviesa, sale e inmediatamente vuelve a entrar con toda naturalidad.

No intento cogerla , no hago movimientos, solo me dejo y quieto y callado permanezco.

Luego, cuando ya creo que todo ha terminado, ya sin su presencia todo vuelve a empezar.

Su aroma a vainilla y canela, su sabor a flores y fresca hierba no consigo olvidar

y tampoco lo intento porque con ese aroma en mi memoria mi vida no puede acabar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario