Nunca sabes que extraños mecanismos hacen que ciertas cosas se disparen, exploten, surjan y rebosen hasta hacerte perder el norte.
Estás tranquilo tomandote el café, ensimismado en tus pensamientos, completamente aislado de lo que te rodea porque así lo quieres y quieres estar así durante bastante tiempo.
No quieres lios, complicaciones ni tener que dar explicaciones a nadie.
No quieres compartir tus desvarios, tus zozobras, tus locuras porque no te apetece ser cuestionado ni juzgado.
No quieres escuchar ni hablar.
Solo quieres disfrutar con tus fantasías, tus sueños y tus mundos imaginarios y cuando más dentro de ellos estás, cuando empiezas a disfrutar, de verdad, con ellos, cuando sonríes con placer por haber encontrado esa tranquilidad que ansiabas algo se dispara y cinco minutos despues estás embobaito, escuchando, hablando, compartiendo y deseando seguir haciendolo.
No lo entiendo.
No quiero entenderlo.
Y, como siempre, intentaré vivirlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Intenta vivirlos, como dices, pues no hay nada que entender, tan importantes son en la vida unos momentos como otros. Hml
ResponderEliminar